La Calle Simón Bolívar se ha transformado en un mercado informal al aire libre donde se venden todo tipo de artículos usados sin ningún tipo de control ni autorización. A diario, decenas de personas instalan mantas y maletas en aceras, zonas ajardinadas e incluso sobre el carril bici, para ofrecer productos recogidos en muchos casos de la basura o en mal estado.
Vecinos y comerciantes denuncian que esta actividad, además de bloquear el espacio público y generar suciedad, supone una competencia desleal para los mercadillos tradicionales, cuyos vendedores sí cumplen con la normativa, pagan tasas y respetan los requisitos sanitarios y fiscales.
“Esto no está regulado. Nosotros hacemos las cosas bien y cada vez vienen menos clientes porque esta venta ilegal lo está desbordando todo”, lamenta un vendedor del mercadillo .
La falta de acción por parte del Ayuntamiento ha generado malestar entre la ciudadanía, que ve cómo una zona transitada y comercial de la ciudad se degrada día a día. Los comerciantes piden al consistorio una respuesta urgente: más vigilancia, orden en el espacio público y una solución que respete tanto la legalidad como las necesidades sociales de las personas que recurren a la venta ambulante por necesidad.
Por ahora, el Ayuntamiento no ha emitido ninguna declaración pública al respecto, mientras la situación continúa deteriorándose en una de las zonas más transitadas del municipio.