En su opinión, «las Administraciones públicas han puesto sobre la mesa viejos proyectos de carreteras e infraestructuras y nuevos proyectos turísticos que persiguen el objetivo de concentrar en el valle de Aridane un modelo turístico que ha colapsado en Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote».
El economista se muestra muy crítico con el Pacto por el Desarrollo del Turismo, «firmado por los tres partidos representados en el Cabildo, parte del empresariado y sindicatos, y que viene a decir que en La Palma se tiene que desarrollar el sector turístico de una manera intensiva y todas las infraestructuras que hagan falta para este fin».
Desde esta perspectiva, propugna que «la isla necesita una tercera vía, una reconversión económica que esté pivotada en un cambio productivo y ecológico».
Para ello ve indispensable un «plan de ordenación del territorio de La Palma adaptado la nueva realidad» y comenzar a implantar una serie de medidas con la visión a corto, medio y largo plazo, aunque no aprecia voluntad política en los gobiernos de las instituciones públicas hacia esa dirección.
Tal es así que, a su juicio, «las directrices actuales del Cabildo palmero van en la mala, en la peor dirección», aunque animó a quienes discrepan de esa visión oficial a «seguir exponiendo las ideas alternativas» al modelo de desarrollo que se pretende imponer.
Entre esas medidas para la recuperación socioeconómica de La Palma, plantea las siguientes: «concentración urbanística, huyendo de la dispersión; protección de las coladas del nuevo volcán, salvo lo estrictamente necesario; las camas turísticas nuevas, en suelos ya urbanos, y fuera de esas zonas, mediante rehabilitación de viviendas de tipología tradicional canaria; un pacto insular para proteger el suelo agrario; diversificar la agricultura, pensando en el mercado local y la autosuficiencia alimentaria, porque el plátano tiene los años contados; giro de 360 grados en la gestión de los residuos; reducción del número de municipios; y la conversión del Cabildo en un verdadero gobierno insular».