La salud mental en Canarias se ha convertido en un problema urgente, pero invisible. Cada vez más personas en nuestras islas —jóvenes, mujeres, mayores, trabajadores precarios— sufren en silencio. Ansiedad, depresión, insomnio, pensamientos oscuros. ¿Y qué respuesta reciben? Esperas interminables en la sanidad pública, falta de recursos, y un estigma social que todavía pesa demasiado.
Vivimos en un archipiélago donde la belleza natural contrasta con la precariedad diaria: paro juvenil disparado, alquileres imposibles, sueldos que no cubren lo básico. La gente no solo sobrevive económicamente: sobrevive emocionalmente. En este contexto, la salud mental se convierte en un lujo que no todos pueden permitirse.
Y sin embargo, seguimos callando.
¿Quién tiene tiempo para hablar de lo que duele por dentro cuando hay que luchar por pagar el alquiler o sacar adelante a los hijos? ¿Quién se atreve a decir que necesita ayuda en una cultura que aún confunde salud mental con debilidad?
Desde CN8, como medio comprometido con la realidad social de Canarias, alzamos la voz para decir: basta de silencio.
Necesitamos:
Más psicólogos y psiquiatras en atención primaria.
Programas de prevención emocional en colegios e institutos.
Campañas institucionales que rompan el estigma.
Y sobre todo, escucha y empatía, desde lo más alto del gobierno hasta el vecino de al lado.
Porque no estamos ante un problema individual, sino colectivo. La salud mental no es un privilegio, es un derecho. Y como sociedad, tenemos la responsabilidad de exigir que se garantice.
No estamos locos. Estamos cansados. Estamos dolidos. Estamos pidiendo ayuda. Y esa petición merece una respuesta.
✍️ Aridani Alonso
Corresponsal y director de CN8 Noticias Canarias