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Navidad, día por excelencia de los niños y las familias, me asalta el drama que muchísimas familias viven para poder trabajar y tener vida familiar.
Fechas de Navidad en las que recibimos felicitaciones familiares de todas las
Instituciones y Políticos de todos los colores, pero que, si te paras a pensar, que están haciendo realmente para fomentarlas.
Por mi responsabilidad, y lo que conozco directamente, me voy a centrar en Telde si os parece, y seguramente extrapolable a muchísimos municipios de nuestras Islas:
Las Guarderías municipales, mantenidas en su amplísima mayoría con dinero
público, cierran sobre las 17.00; y como todos conocemos, a partir de las 17.00
las madres y padres de familia con hijos menores, no trabajamos a partir de las
17.00 (entiéndase de manera irónica). – Centros Privados de Apoyo Familiar, que han ido cerrando uno tras otro sin
apoyo municipal, manteniéndose muy poquitos y la mayoría saturados en
Telde. – Anuncios, de personas saturadas y sin más salidas, pidiendo internas para
poder cuidar a sus hijos, y poder trabajar
– Y las abuelas y abuelos, con contratos de jornada completa, porque no nos
queda otra.
Charlaba hace unos días al respecto, y me comentaban que nadie se atrevía a romper este melón, pues como entre tantas otras cosas habrá que hacerlo.
¡Es tan difícil entender, que sin niños no tenemos futuro, que ellos necesitan a sus
madres y padres para desarrollarse; y por ser un poco político, de las pensiones futuras ni hablemos!
Es hora de que nuestros políticos se tomen más en serio este tema, y fomenten políticas serias y reales, desde el Gobierno Central hasta el último Ayuntamiento, en el que se baremen contratos públicos, entre otros aspectos y por poner un ejemplo, a las empresas que favorezcan con hechos la conciliación familiar de sus trabajadores y
trabajadoras.
Como he dicho muchas veces, es momento de políticas de altura, no para ganar elecciones.
¡A ello me comprometo!
