La recientemente renovada piscina de Bocabarranco ha sido inaugurada al público, aunque no sin polémica.
A pesar de que las obras comenzaron en julio de 2023, el proceso ha estado marcado por una serie de fallos de seguridad que han generado preocupación entre los vecinos y usuarios.
La obra, adjudicada a la empresa Francisco Pérez Jorge por un importe de 291.040 euros y con una subvención de la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias, fue gestionada por la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Gáldar, bajo la dirección del Concejal Ulises Miranda Guerra.
Desde su apertura, la piscina ha mostrado varios defectos, que algunos atribuyen a una falta de inspección técnica adecuada durante el proceso de construcción. Los principales problemas detectados incluyen la ausencia de barandillas en los escalones de acceso, lo que representa un grave peligro, sobre todo para las personas con movilidad reducida (PMR). Además, las escaleras son resbaladizas, lo que ha provocado ya varias caídas entre los usuarios.
Uno de los aspectos más criticados es el hecho de que las barandillas no se instalaron cuando la piscina estaba vacía, lo que habría facilitado su colocación sin complicaciones. Ahora, con el agua en la piscina, la tarea resulta mucho más difícil y menos segura. Además, se señala la falta de rejillas de drenaje en las zonas de paso, lo que aumenta el riesgo de resbalones.
Vecinos y usuarios han expresado su preocupación por la rapidez con la que se han llevado a cabo las obras, lo que, según ellos, ha afectado la calidad y seguridad de la instalación. La situación plantea un desafío para las autoridades locales, que deberán abordar estas deficiencias para garantizar la seguridad de todos los visitantes de la piscina.
