En La Isleta ya no se dan las manifestaciones contra las actitudes poco cívicas de algunos inmigrantes ilegales que merodean por el barrio tras la implantación del llamado “Canarias 50” (una solución temporal que ahora forma parte del día a día en la zona). Lamentablemente el porqué no se debe a que éstas hayan remitido sino, muy al contrario, a la resignación de no ver respuesta de las administraciones ante sus quejas, de verse amenazados por haberse atrevido a dar su versión en medios y a la incesante llegada día tras día de nuevas personas llegadas de la inmigración ilegal.
La solución de los grancanarios de este barrio es vivir de puertas para adentro y evitar toda vida en la calle que antes era suya. Ahora ni parques con niños, ni gente de compras… La Isleta es a su pesar un barrio dormitorio.
La pasada semana, una comitiva municipal e insular de VOX (junto al diputado del Congreso por la provincia de Las Palmas de VOX, Alberto Rodríguez Almeida) visitó la zona para apoyar a los vecinos y trasladar el compromiso firme del partido para solucionar esta situación. No es ni mucho menos la primera vez que se visita la zona, pero sí la vez que menos vecinos han querido participar por “miedo a represalias”. Siguen pidiendo ayuda y ofrecen su testimonio, pero no desean hacer llegar sus nombres, rostro o voz; que se omiten en este reportaje por su petición expresa. Por eso, los nombres de vecinos están aquí modificados, no así sus declaraciones.
“El barrio pierde su vida”, cuenta Yaiza, “entre mayores, fallecidos y los muchos que se han ido estos años, la vida alrededor del Canarias 50 es un antes y un después del centro”. Lourdes comenta exasperada “es que no se creen que de verdad no se puede vivir aquí. Nos llaman racistas porque han dejado de mirar nuestra paz y seguridad, tenemos el problema y el estigma de quienes no viven aquí”.
Tatiana asegura que “cuando otras mujeres dicen que se ven acosadas por magrebíes me veo reflejada. Antes podíamos ir solas a la calle y lo cierto es que ya no, que parece una falta de respeto a otras culturas decir que estamos perdiendo libertad y a nadie le deseo estar cerca de una situación así”. Por seguridad “no tenemos vida, tenemos una rutina en condiciones pésimas, los niños sin salir y nosotras recogidas en casa”.
Una madre preocupada insiste en que “lo que no puede ser es que por esos menores procedentes de inmigración ilegal de las que habla Clavijo nuestros hijos no estén seguros; es que en nuestro caso no es convivir, es que sentimos que nos quieren desplazar, pero tenemos derecho a vivir aquí, éste es nuestro hogar”.
Preguntado por estas circunstancias, el portavoz en el Cabildo grancanario de VOX, Yeray Suárez, admite que “los insultos y acoso que recibimos en los plenos del Cabildo por defender a gente así no son nada en comparación a lo que viven estas personas a las que VOX no piensa dejar de lado. Los grancanarios que conocen ésta y otras zonas similares saben que no exageramos ni un ápice cuando hablamos del peligro de la islamización, de cómo se solapa nuestra identidad y de que, no lo digo yo, sino el Ministerio del Interior, cómo ha crecido la criminalidad. La isla está ahogada con el incremento del 60% de estas llegadas de inmigración ilegal y a pesar de que hay continuos sucesos las administraciones no toman acción por miedo a una imagen que salvaguardar, pero los hechos rompen el relato”.
En este sentido, cabe recordar que VOX en Canarias ha acudido a la isla de Fuerteventura, donde por el mismo motivo la inseguridad es manifiesta, a exigir mayor presencia por parte de las Fuerzas del Estado en la zona. Por su parte, el portavoz de VOX en el Parlamento de Canarias, Nicasio Galván, así como el diputado en el Congreso de VOX, Javier Ortega Smith, han denunciado el desmantelamiento del Grupo de Reserva y Seguridad Número 8 de Canarias, ubicado en Tenerife y que aporta su servicio a toda Canarias. Tal y como han advertido en un comunicado conjunto varias asociaciones profesionales de la Benemérita, la desaparición de esta fuerza, además de otras nefastas consecuencias, “tendrá un grave impacto en el control de la inmigración en Canarias, una región que se enfrenta a una fuerte presión migratoria”.
Galván lamenta que voces como la del delegado del Gobierno en Canarias, el socialista Anselmo Pestana, -quien dijo el argumento del déficit de agentes no se sostiene- “tengan la desfachatez de decir que la seguridad del Estado no es precisa como hasta ahora, no sé si pensaría así si estuviera cerca de estos barrios saturados por la situación actual”.
Mientras la tensión política se mantiene y la seguridad del Estado para Canarias toma vuelo, La Isleta permanece de puertas para adentro.
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