Tras el devastador desbordamiento del río Magro que afectó a varias localidades de la región, Cruz Roja continúa brindando asistencia a las personas afectadas por la tragedia, con especial énfasis en la atención psicosocial y el apoyo a familias vulnerables.
Uno de los casos más conmovedores es el de Osaid, un bebé de solo un mes de vida, cuya madre, tras sobrevivir a un dramático incidente en el que su pareja estuvo a punto de ahogarse, sufre ahora de ataques de pánico. La joven madre, además, ha dejado de producir leche materna debido al trauma, lo que ha complicado aún más su situación. Ante esta emergencia, el equipo psicosocial de Cruz Roja se ha desplazado al hogar de la familia para ofrecerles la contención emocional necesaria y acompañarles en este difícil proceso.
«Estamos aquí para apoyar a cada persona que lo necesite. No nos iremos de Valencia hasta haber atendido a la última víctima, asegurándonos de que reciban la ayuda necesaria para superar esta crisis», declaró un miembro del equipo de Cruz Roja, quien destacó la importancia de proporcionar no solo asistencia material, sino también acompañamiento emocional en momentos tan delicados.
Desde que el río Magro se desbordó, Cruz Roja ha intensificado su presencia en las zonas afectadas, llevando suministros básicos, medicamentos y alimentos a las familias más vulnerables. Además, se han instalado centros de atención psicológica donde los afectados pueden recibir orientación y tratamiento para mitigar el impacto emocional de la catástrofe.
El trabajo de Cruz Roja sigue siendo fundamental en la recuperación de la comunidad, que aún lucha por superar las secuelas del desastre. Con un enfoque integral, la organización está comprometida en atender a las víctimas de la tragedia de manera continua y exhaustiva, brindando el apoyo necesario para reconstruir sus vidas.