La Plataforma de Afectados por la Carretera de la Costa pide el apoyo de toda la sociedad palmera en la concentración que ha convocado para el próximo martes 14 de marzo a las 19 horas en la plaza de San Miguel (conocida como plaza de El Morro, frente al Ayuntamiento bagañete) contra la «nueva colada de asfalto» por medio de los barrios de Las Marinas y San Borondón, en un contexto socioeconómico tras la catástrofe volcánica de 2021 en el que «ya no cabe ni una gota más de sufrimiento en La Palma».
De este modo, este grupo de vecinos, respaldado por casi 34.000 firmas recogidas hasta ahora, reanuda las movilizaciones contra el trazado de dicha vía rápida previsto por el Gobierno canario en sus últimos 900 metros dentro de este municipio, y que supondría la destrucción de la identidad y del modo de vida de este vecindario, formado por familias pequeñas propietarias de plataneras.
La indignación y la decepción es muy grande en estos barrios con el Gobierno canario después de que anunciara a mediados de febrero pasado que no descarta definitivamente este destructivo trazado y deja ahora la decisión en manos del Cabildo palmero y los ayuntamientos del Valle de Aridane, después de 7 meses en que el Ejecutivo autonómico estuvo en contacto con la plataforma vecinal, desde la que se le puso en conocimiento de la delicada situación de la zona tras la catástrofe.
«Necesitamos tu apoyo en nuestra justa lucha, que no nos quiten lo poco que nos dejó el volcán; esta colada de asfaltado la podemos parar entre todos», manifiesta este colectivo de afectados, ante la pretensión oficial de trazar «la mayor vía de la isla entre casas, a costa de la vida de estos barrios y después de una catástrofe natural en la que ya hemos perdido y sufrido suficiente».
Por ello, la plataforma hace un “desesperado” llamamiento a toda la población palmera, e incluso de otras islas, para formar un frente común en apoyo de «los barrios que sobrevivieron al volcán, así como cientos de personas que perderán todo innecesariamente» y que de este modo los representantes públicos «reaccionen de una vez ante el enorme rechazo social a este devastador trazado».
Argumentan los afectados que estos barrios y sus plataneras son fruto de muchas generaciones que forjaron una identidad cultural y paisajística, y un medio de vida que ha dado y da sustento a cientos de personas, por lo que se destruiría un patrimonio de toda La Palma; un acervo que las Administraciones públicas deberían ayudar a preservar, “en lugar de amenazar con destruirlo con caras obras públicas de emergencia de cuestionable justificación”, como consideran que es la Carretera de la Costa.