Según Turcón-Ecologistas en Acción «la reciente aprobación del Plan Hidrológico de Gran Canaria viene a reconocer la merma y disminución del caudal ecológico del Barranco de La Mina. Ahora los nuevos documentos vienen a reforzar los argumentos del Colectivo con la aprobación del Plan de Gestión del Riesgo de Inundación de la Demarcación Hidrográfica de Gran Canaria, aprobado mediante el Decreto 371/2023, de 18 de septiembre, del Gobierno de Canarias, que ha destinado la cantidad de 100.000 euros para que el Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria, acometa “Estudio de las necesidades ambientales de los hábitats y ecosistemas terrestres dependientes de las aguas y establecimiento de prioridades en la isla de Gran Canaria”, todo ello, en cumplimiento de “las Necesidades ambientales de agua de especies y hábitats ligados a masas Subterráneas, se refiere a lo siguiente “Ante la falta de estudios específicos sobre las condiciones hídricas óptimas o mínimas que deben mantenerse (…). Existen otras saucedas vinculadas a flujos continuos de agua en la isla (en el barranco de Azuaje, barranco de La Virgen, barranco de La Mina, etc.), según consta en los documentos del Gobierno de Canarias y ahora en poder de la Audiencia Provincial de Las Palmas».
El Colectivo Turcón-EeA ante la Audiencia insiste en señalar que «el alarmante desequilibrio que sufre el Barranco de La Mina es por la reducción de su “caudal ecológico”, porque la HEREDAD DE AGUAS LAS PALMAS, DRAGONAL, BUCIO Y BRIVIESCA realizó un entubamiento de las aguas que discurrían libremente por el barranco desde la Cumbre hasta los Lavaderos de Utiaca, lo que suponía un atentado al sistema natural de la zona afectada y un presunto delito contra el Patrimonio y contra el orden socioeconómico (desvío de Aguas Ecológicas de su curso), por lo que se ha considerado que había “indicios” racionales de la comisión de un ilícito penal, en relación con el Capítulo III del Título XVI del Código Penal art 325 a 331, bajo el título de «delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente» que regula una serie de tipos que tienen como finalidad la protección penal del medio ambiente y el equilibrio de las condiciones ecológicas».
Asimismo Turcón-EeA, señala los informes que constan en el expediente jurídico, emitidos por el Servicio de Impacto Ambiental de la Dirección General de Protección de Naturaleza de la Consejería de Agricultura y la inspección realizada por el personal técnico adscrito a dicha Dirección General que concluyó, textualmente, “se ha modificado la entrada de agua de la tubería, de forma que en la actualidad se sitúa a una cota inferior a la del aliviadero de la arqueta, desviándose la TOTALIDAD DEL AGUA A LA TUBERIA (se LLEVAN TODA EL AGUA), sin que CIRCULE AGUA POR EL BARRANCO DE LA MINA”, no cumpliéndose por tanto, el condicionante del estudio detallado de impacto ecológico en que se debía garantizar la libre circulación de agua por el Barranco de la Mina de al menos 25 litros por segundo.
Finalmente, y en relación con el supuesto delito de prevaricación y malversación de fondos públicos, Turcón-EeA ante la Audiencia Provincial de Las Palmas, manifiesta que la Heredad subvencionada no RESTAURÓ el caudal de agua por el que cobró varias subvenciones. En los folios que constan en el expediente jurídico, el entonces Gerente del Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria, concedió dos subvenciones, por importes de 152.628,40 €, y 50.000 €, que no tuvieron el destino para los que se otorgaron esos fondos públicos. Apuntado todo ello, en los informes de la Guardia Civil como una posible comisión de delitos de Malversación de caudal público (art. 432 a 435 del C.P.), con indicios racionales de la comisión de los mismos. A lo que se suma la posibilidad de haber incurrido en un delito de prevaricación de varios autores del delito público.
La lucha por el agua
En Gran Canaria pocos barrancos llevan agua continuamente: Guayadeque, La Mina y Cernícalos, Azuaje en menor medida.
Esas aguas crean unos cauces ecológicos y ecosistemas muy ricos en biodiversidad. Las administraciones públicas y la Justicia han ido reconociendo este valor social y ambiental del agua “libre”. Así, el Colectivo Turcón ganó en los tribunales de justicia la defensa del agua libre en los barrancos de Cernícalos y de Guayadeque.
Hoy día, son referentes de conservación, y pocos se acuerdan de las intenciones para entubar y desviar las aguas. El barranco de La Mina no se libra de esta batalla, y en el año 1994, la heredad de aguas presentó solicitud y proyecto para “aprovechamiento de aguas” del barranco de La Mina y su desvío a la presa de La Siberia, T.M. de la Vega de San Mateo.
Muchas personas sensibilizadas con la riqueza de La Mina han luchado para que esto no fuera posible. Aunque las tuberías y canales están ahí, en ocasiones se desvían las aguas y dejan al barranco seco.
La lucha del Barranco de La Mina generó un gran movimiento social y vecinal en torno al pueblo de Utiaca y La Yedra, en contra del entubamiento y a favor de los caudales ecológicos. La lucha sigue viva.
En este proceso, miembros de este colectivo y ciudadanos/as sensibilizados realizan actos de sabotaje a las tuberías que impiden que el agua circule libre por su cauce; estas acciones, a denuncia de la Heredad de Aguas, llega a los tribunales y la representación legal y estatutaria de Turcón es sancionada a pagar una cantidad que se sufraga con una campaña de aportaciones ciudadanas a través de la plataforma Goteo.org y dan mayor sensibilidad sobre el desvió del caudal ecológico.
El día 12 de diciembre de 2018 se realizaron mediciones/aforos en la cabecera de la Cuenca de Tejeda por parte de los técnicos del CIAGC y en presencia de este Colectivo. El caudal medio final fue de 9,62 litros por segundo. Supuestamente, en aquel entonces, se trasvasaban a la cuenca del Guiniguada, Barranco de La Mina unos 6 litros por segundo, ya que hay una parte que se quedaba en Tejeda. Sin embargo, la Heredad ha desviado esas aguas hacia la Presa de la Siberia y/o Presa de Antona para su regulación y almacenamiento, lo que ha propiciado que La Mina se seque.
El barranco de La Mina está formado por uno de los heredamientos más antiguos y con más historia de Gran Canaria, ya que fue sobre el año 1500 cuando el Cabildo pidió a los Reyes Católicos que le fueran concedidas las aguas de Texeda, algo que sucede al año siguiente, constituyéndose en uno de los primeros trasvases de España. En La Mina existieron un total de ocho molinos distribuidos a lo largo del barranco, lo que demuestra el importante caudal hídrico que tuvo antaño, utilizado, sobre todo, para abastecer al Real de Las Palmas y regar las vegas agrícolas de las medianías. Todo eso en los años 1501-1526.
Las aguas, que bajaban por las laderas del barranco, fueron encauzadas hacia los molinos. El primero se construyó sobre el año 1871 y se llamó el “Molino de Arriba”. Los nombres de los siguientes fueron el “Molino de Abajo del túnel”, Molino del Puente, el Molino de Cho Gutiérrez, el Molino Quintito, el Molino de La Yedra y el Molino Caído.