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Sanidad recuerda las recomendaciones básicas para una adecuada vuelta al cole

Es esencial garantizar una correcta adaptación del alumnado al entorno social que se genera con el regreso a las aulas

by Aridani

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General de Salud Pública, ante el inicio del curso escolar, recuerda una serie de recomendaciones básicas para la vuelta al aula.

Los expertos recomiendan dejar tiempo para que los niños y niñas se adapten a cualquier situación nueva, como empezar a ir al colegio por primera vez, iniciar un nuevo curso escolar, cambiar de etapa, etc. Por eso, destacan la importancia de hablarles de los aspectos positivos de volver al centro de estudios, como ver a sus amistades, conocer a nuevos compañeros de clase o participar en deportes u otras actividades. También es importante conocer si hay algo que preocupa a los escolares y transmitirles seguridad y confianza en sí mismos.

Asimismo, señalan que aunque es normal tener nervios e inquietudes ante cualquier situación nueva, una cantidad reducida de menores desarrollan síntomas físicos de ansiedad, como dolor de cabeza o de estómago cuando empiezan a ir al colegio. Si les preocupa que la reacción vaya más allá de los nervios normales de la vuelta al colegio, se recomienda consultarlo con su profesional sanitario o con el personal docente del centro educativo.

Sueño y descanso

El descanso es fundamental en cualquier etapa de la vida, pero aún lo es más en la infancia, ya que los niños y niñas se encuentran en un proceso de crecimiento, tanto físico como mental.

Lo recomendable para un buen rendimiento escolar es que se duerma por término medio entre nueve y diez horas. Se debe establecer una hora razonable para acostarse que garantice las horas de sueño recomendables.

Cuando el menor duerme poco tiempo o tiene un sueño interrumpido, las capacidades de aprendizaje, concentración y memoria se ven afectadas.

Alimentación saludable y equilibrada

Con un buen desayuno el alumnado empezará el día con más energía, se sentirá mejor y se cansará menos en las tareas escolares. Por eso, la familia debe tratar de organizar el tiempo para que el niño y la niña puedan disfrutar de esta comida.

Se recomienda que el desayuno esté conformado por lácteos (leche, yogur, queso), cereales (gofio, pan, copos), frutos secos y fruta fresca.

La comida que los niños toman en el recreo de media mañana y en la merienda puede complementar a la alimentación del día y debe ser sana: un bocadillo, un vaso de leche o un yogur, o fruta. Este complemento es primordial sobre todo si hay deportes o actividades extraescolares.

Actividad física diaria

Según las recomendaciones sobre actividad física de la Organización Mundial de la Salud, los niños de entre cinco y diecisiete años deben realizar, al menos, sesenta minutos al día de actividad de intensidad moderada o vigorosa.

La actividad física regular ayuda a mantener un peso saludable, mejora la función cardiológica y metabólica y favorece la fuerza muscular y la masa ósea.

Además, los beneficios a nivel psicológico y social se asocian a un mejor rendimiento académico, más autoestima y una disminución del riesgo de ansiedad y depresión. La actividad física también ofrece oportunidades de socialización y de aprendizaje de habilidades.

Independientemente de la actividad física realizada, el comportamiento sedentario tiene que limitarse a menos de dos horas al día, como es ver la televisión, jugar con videoconsolas, usar ordenador, etc. Para los niños menores de cinco años, la recomendación se reduce a una hora diaria.

Espalda sana y saludable

Se recomienda que los niños no lleven más de diez o quince por ciento de su peso corporal dentro de las mochilas. Es decir, si el peso del escolar es de 40 kilos, la mochila no debe superar los cuatro o 4,5 kilos. Además, el peso tiene que estar bien distribuido sobre los hombros recomendándose que la mochila tenga dos cintas anchas y acolchadas. A la hora de llevarla hay que tener en cuenta que debe estar colocada a la altura de la zona lumbar o entre las caderas.

La postura del niño es fundamental a la hora de prevenir problemas de espalda; una mala postura continuada durante horas en los pupitres escolares puede provocar dolores cervicales y lumbares.

Las sillas deben ser regulables en altura y con un respaldo alto que permita el apoyo de la espalda. Los pies han de llegar al suelo, quedando las caderas y las rodillas a la misma altura. La mesa debe situarse lo más cerca posible, sin que se arquee la espalda sobre ella.

En cuanto al calzado, se recomienda que sea cómodo, siendo el cuero el material más adecuado. El zapato deberá tener puntera redondeada, así como ser fácil de poner y quitar. Debe quedar distancia entre la puntera del zapato y el dedo más largo.

Higiene personal

La higiene corporal debe ser diaria. Hay que prestar especial atención a los pliegues de la piel, axilas, genitales y, especialmente, a los pies, para evitar que se generen hongos.

Lavar la cabeza con champú suave y cepillar el pelo con frecuencia. Se recomienda, además, revisar el cabello del menor todas las semanas en periodo escolar, en especial la zona de la nuca y las orejas.

Es muy importante recordar que no deben emplearse lociones o champú para piojos de forma preventiva, ya que generan resistencias en los parásitos y pierden su eficacia, lo que obliga a utilizar en episodios de infestación posteriores otro tipo de productos antiparasitarios más agresivos y, por tanto, también más tóxicos para los menores.

Después de la ducha hay que secarse bien y revisar y cortar de vez en cuando las uñas de manos y pies. No olvidar secar bien los oídos, pero no usando bastoncillos.

Es recomendable que padres y madres conozcan la técnica del cepillado dental y así poder supervisar el cepillado de dientes de sus hijos. Este debe realizarse dos veces al día, salvo que por su circunstancia personal su dentista le recomiende una mayor frecuencia. Por la mañana y por la noche antes de acostarse durante dos minutos.

En cuanto al lavado de manos, este debe ser regular, particularmente antes y después de ciertas actividades, como antes de las comidas y después de ir al servicio. Es una de las mejores maneras de evitar enfermedades, eliminando microbios y previniendo transmitirlos a otras personas.

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