La huelga de transporte en Gran Canaria, iniciada el 28 de octubre, ha causado un impacto significativo en la movilidad de la isla, afectando a miles de usuarios del servicio de guaguas, quienes se vieron imposibilitados de llegar a tiempo a sus lugares de trabajo y otros destinos.
Aunque la Autoridad Única del Transporte de Gran Canaria (AUTGC) implementó servicios mínimos, la situación se tornó caótica en algunos puntos clave, como la estación de San Telmo y el aeropuerto.
Desde primeras horas de la mañana, las paradas de guaguas de zonas estratégicas, particularmente en la capital y el área metropolitana, se encontraban abarrotadas. A pesar de los servicios mínimos, el volumen de pasajeros desbordó la capacidad de los vehículos asignados, generando largas filas y tiempos de espera prolongados. Este escenario generó molestias entre los usuarios, quienes, al no disponer de opciones de transporte adecuadas, recurrieron a medios alternativos o, en muchos casos, optaron por no desplazarse.