La cosa está en llama, dice Paco mientras guarda una linterna, una radio y latas de atún en una mochila que ha rebautizado como “kit del fin del mundo”. No es para menos: la Unión Europea ha recomendado recientemente a la ciudadanía contar con una mochila de emergencia ante posibles crisis como desastres naturales, apagones o conflictos.
La sugerencia, que forma parte de una estrategia de preparación civil, busca que cada hogar esté listo para actuar con rapidez si se presenta una situación crítica. En dicha mochila, se aconseja incluir agua, alimentos no perecederos, medicinas, ropa de abrigo, linterna, pilas, documentación importante y otros elementos básicos para sobrevivir al menos 72 horas.
En zonas rurales y más alejadas de los núcleos urbanos, como Tunte, la recomendación ha sido tomada con más seriedad (y algo de guasa). “Aquí ya lo decían los viejos: más vale prevenir que lamentar. Ahora lo dice Bruselas, pero mi abuela ya lo tenía claro desde los años 50”, añade Paco, mientras revisa la fecha de caducidad de unas sardinas en conserva.
La medida, aunque preventiva, ha generado cierto revuelo en redes y conversaciones de bar, entre memes, listas de supervivencia caseras y un renovado interés por las radios de manivela. Lo cierto es que, más allá del humor, la recomendación pone sobre la mesa la importancia de estar preparados en un mundo cada vez más impredecible.
Así que ya lo saben, como diría Paco el de Tunte: “No es por asustar, pero si la cosa está en llama, mochila al hombro y mente fría.”20a4a4ec-c441-45c1-bb0d-b8eebf124cde