La directora general de Programas Asistenciales del Servicio Canario de la Salud, Rita Tristancho, participó este miércoles en la inauguración de las ‘Jornadas sobre salud mental e infancia migrante’ que se celebran hasta este jueves en Las Palmas de Gran Canaria.
El encuentro, organizado por Unicef, pretende ser un espacio de reflexión, aprendizaje y colaboración de profesionales y gestores de los diferentes ámbitos implicados en la atención humanitaria a menores migrantes. Durante su intervención en la apertura de las jornadas, la directora general de Programas Asistenciales del SCS, recordó los principales recursos y servicios sanitarios dispuestos para garantizar la atención a estos menores en Canarias.
Al respecto, indicó que el SCS trabaja para dar una asistencia universal en toda Canarias atendiendo a las circunstancias individuales de los menores y precisó que se cuenta con los protocolos de ‘Recomendaciones para la asistencia del menor de 15 años migrante africano asintomático’; ‘Atención gineco-obstétrica a la mujer gestante y puérpera en procesos migratorios’; y el ‘Protocolo de Atención Sanitaria a Menores Migrantes (Infancia en Movimiento)’.
Protocolo ‘Infancia en Movimiento’
Rita Tristancho detalló que el Protocolo de Atención Sanitaria a Menores Migrantes ‘Infancia en Movimiento’, recientemente publicado por la Dirección General de Programas Asistenciales del SCS, supone un marco de referencia para la atención sanitaria a los menores, tanto acompañados como no acompañados, independientemente de su origen o situación migratoria.
El protocolo presenta un enfoque integral y transversal, y contempla las necesidades específicas de las personas menores migrantes en todas las etapas, tanto a su llegada como durante su estancia en el archipiélago. Este documento, además, pone el foco en las diferentes necesidades de salud física y mental que presenta este colectivo, configuradas por las experiencias en sus países de origen, incluyendo el sistema de salud, su tránsito migratorio y las condiciones de vida en la comunidad de acogida.
En cuanto a la atención a la salud mental de la infancia en movimiento, Rita Tristancho recordó que en el documento se recoge que la situación migratoria supone mayores niveles de ansiedad, depresión y presencia de otros trastornos mentales, así como consumo de drogas, por lo que resulta necesaria una aproximación multidisciplinar a la hora de atender e intervenir en la salud mental de estos menores.
La directora general de Programas Asistenciales destacó la necesidad de diferenciar las respuestas habituales dentro del proceso migratorio en la infancia, de las que requieren abordajes específicos desde la red de salud mental y precisó que la atención a la salud mental infanto-juvenil se realiza en el marco de redes de servicios sanitarios compuestas por dispositivos de diferente naturaleza, equipos multiprofesionales y coordinación intra e intersectorial.
En cuanto al procedimiento y atención de los menores, explicó que las primeras valoraciones se realizan en las unidades de atención familiar (UAF) o profesional (UAP) en los centros de atención primaria, y en ellas se tienen en cuenta diferentes aspectos, como las señales de alerta, factores de riesgo psicosocial y signos de psicopatología. En base a la valoración, las personas son derivadas a seguimiento desde Atención Primaria (normalizado o estrecho) o a las unidades de salud mental infanto juvenil para valoración especializada por el equipo multidisciplinar de estos dispositivos.
En función de las necesidades específicas, algunos menores pueden precisar de intervenciones desde otros dispositivos de la red de salud mental como pueden ser las Unidades de Atención Temprana, el Hospital de Día Infanto-Juvenil o la Unidad de ingreso Breve de Psiquiatría Infanto-Juvenil. Asimismo, aquellos casos de menores migrantes con problemas de consumo de tóxicos (mayores de 14 años) se llevarán a cabo en las Unidades de Atención a las Drogodependencias (UADs) de zona.
Coordinación y atención multiprofesional
Rita Tristancho defendió que resulta imprescindible la coordinación interna de la red de salud mental, así como con otros dispositivos sanitarios y de otros sectores como Servicios Sociales, Educación o Justicia para poder garantizar una atención integral que tenga en cuenta las necesidades de los menores migrantes con problemas de salud mental.
Asimismo, afirmó que la atención sanitaria tiene que ir encaminada a valorar cuáles son los sentimientos y reacciones normales dentro del proceso migratorio en la infancia, y cuándo es necesaria una intervención específica por parte del sistema de salud mental y otros organismos encargados de la atención a menores migrantes.
En este sentido, recordó que la salud mental es un derecho humano básico, e incidió en la necesidad de garantizar que todos los niños y niñas, sin importar su origen o su estatus migratorio, tengan acceso a servicios de calidad que promuevan su bienestar emocional y les permitan desarrollar todo su potencial.