El partido Vox atraviesa una profunda crisis en Canarias, marcada por la dimisión en bloque de varios concejales y el descontento de numerosos afiliados. La reciente salida de Miguel Felipe Rastrero concejal en Puerto del Rosario, se suma a una lista creciente de representantes municipales que han abandonado la formación en los últimos meses.
Fuentes internas del partido aseguran que las renuncias no responden a una única causa, sino a una acumulación de desencuentros con la dirección regional y nacional. Uno de los principales motivos es la falta de autonomía en la toma de decisiones locales, lo que ha generado malestar entre los ediles que defienden la necesidad de adaptar la estrategia del partido a la realidad política de Canarias.
“No podemos seguir en un partido donde las decisiones vienen impuestas desde Madrid sin tener en cuenta la situación de nuestras islas”, asegura un exmilitante que prefiere mantener el anonimato.
El fenómeno no es aislado. Desde finales de 2024, Vox ha visto cómo concejales en municipios como Telde, Ingenio, Teguise y Santa Cruz de Tenerife han renunciado a sus actas o han decidido continuar como concejales no adscritos. Entre las razones más citadas destacan el descontento con la gestión de la dirección insular, la falta de estructura organizativa en las islas y la negativa del partido a modificar su discurso en asuntos como la inmigración o la política autonómica.
Además del éxodo de concejales, Vox también está perdiendo afiliados. Algunos antiguos simpatizantes denuncian una falta de transparencia en la gestión interna y una estrategia política basada en la confrontación más que en la búsqueda de soluciones para los problemas locales.
Un partido en declive en Canarias
Aunque Vox logró entrar en varios ayuntamientos en las elecciones municipales de 2023, su presencia en Canarias parece debilitada por estas dimisiones. En las filas del partido, hay quienes temen que esta crisis interna se traduzca en un desplome electoral en la comunidad autónoma.
Mientras tanto, desde la dirección nacional del partido se mantiene un silencio estratégico. Vox evita pronunciarse sobre las dimisiones y trata de minimizar el impacto de las salidas, argumentando que se trata de casos aislados y que el partido sigue en crecimiento a nivel nacional.
Sin embargo, la realidad en Canarias parece apuntar en otra dirección. La pérdida de representantes y afiliados podría dejar a Vox en una posición marginal en el archipiélago, donde la falta de una estructura fuerte y la desconexión con la realidad insular han sido señaladas como sus principales debilidades.
La pregunta ahora es si Vox será capaz de recomponerse antes de las próximas elecciones o si, por el contrario, la crisis interna acabará por convertir a la formación en un actor irrelevante en la política canaria.