Las recientes lluvias que han azotado Gran Canaria en los últimos días han comenzado a surtir efecto en los embalses de la isla, incluyendo la Presa de Las Niñas, una de las más emblemáticas del suroeste grancanario.
Tras meses de sequía y niveles de agua alarmantemente bajos, las precipitaciones han permitido que el embalse recupere parte de su capacidad, aunque las autoridades aún no han dado cifras exactas del volumen almacenado. Según datos anteriores, en marzo la presa se encontraba prácticamente vacía, lo que hacía temer por el suministro de agua para la agricultura y el ecosistema de la zona.
“Es una buena noticia para el campo y para la recuperación de los acuíferos”, afirmó un portavoz del Cabildo de Gran Canaria. Sin embargo, advirtió que la situación sigue siendo delicada y que es necesario seguir gestionando el agua con prudencia.
La Presa de Las Niñas, un popular destino para senderistas y amantes de la naturaleza, había mostrado en los últimos meses una imagen desoladora con su lecho seco y agrietado. Ahora, con la llegada del agua, el paisaje empieza a cambiar y los visitantes ya pueden notar un aumento en el nivel del embalse.