Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
403
Hablar de Servicios sociales en estos tiempos es motivo de polémica, pues para todos es cercano o conocemos, alguna familia que está en una situación de necesidad y no ha encontrado respuesta por parte de los servicios sociales que tenemos.
Cuando escuchamos de cerca cuál es su problema, descubrimos historias como, que parte de su último dinero, que dejan de usar para comprar comida, lo están gastando en la guagua para ir a servicios sociales y se encuentran con un trato frio,
despersonalizado y con suerte consiguen una cita para dentro de dos o tres meses.
Momento en el que empieza el trámite para una prestación, muchas veces de
urgencia, con una lista interminable de papeles, que se equiparan más a la petición de una subvención, que deben buscar para una segunda cita, cuando ni siquiera tienen muchas veces para poder comer ese día, para pagar la guagua de nuevo, ni para hacer una fotocopia.
Tiempos de espera para recibir una ayuda de meses y nadie que te acompañe durante ese tiempo para que tu situación cambie.La pregunta es por qué no se trabaja apoyando y acompañando a la persona durante ese tiempo, para que pueda dejar de estar en lo que tanto escuchamos “persona en
exclusión social”, que lleva asociado un estigma negativo.
Una persona en exclusión simplemente es una persona que en ese momento atraviesa una serie de dificultades, como nos puede pasar a cualquiera, que toca las puertas necesarias para pedir ayuda, y que simplemente espera un apoyo, no que alguien le diga que está desbordado y que no hay cita antes, haciéndole pivotar de puerta en puerta con la desesperación de ver cómo su problema no se soluciona y pasa el tiempo.
Oficinas con escasos trabajadores sociales, teléfonos que no se responden y una burocracia interminable, hacen que acudir a servicios sociales se haya convertido en una verdadera lucha por lograr una cita y acceder a las ayudas.
En el camino se queda, en demasiadas ocasiones, la dignidad de la persona que tiene que rogar una atención inmediata, pedir por favor y suplicar explicando lo grave que es su situación, cuando hablamos de cuestiones básicas como comer, tener luz o agua o un techo donde refugiarse. Teniendo muy en cuenta que muchas veces se trata de familias con hijos pequeños, o con alguna discapacidad o enfermedad, cuando no son personas mayores buscando ayuda.
Desde Hablemos Ahora Telde, tenemos claro que, para poder atender esta situación, es necesario contar con el personal suficiente para ello, cuando la situación actual es que hay muchos menos trabajadores sociales de los que debería haber por población en Telde, El Consejo General de Trabajo social establece la ratio de 1 trabajador social
por 1700 habitantes, y ahora mismo en Telde, a pesar de las promesas de este
gobierno, estamos cercanos a 1 por cada 10000. Así no se puede… Sobra dinero para