De nada sirvieron las manifestaciones a las puertas de los juzgados de Lanzarote, ni la petición de sus familiares y amigos para frenar esta decisión. El presunto asesino de Romina Celeste ha salido de la cárcel de Tahiche, en Lanzarote, después de cumplir los cuatro años de prisión preventiva, el máximo permitido por la ley.
El mismo día que abandonó la cárcel, cogió un avión y salió de la isla. Queda en libertad sin enfrentase a juicio, con medidas cautelares como la retirada de pasaporte y que se presenta cada lunes en el juzgado. La familia de Romina está muy preocupada, piensa que hay riesgo de fuga. La abogada de la familia y presidenta de la Fundación Zaballos, Emilia Zaballos, considera que es un riesgo que esté en la calle, por el perfil del acusado.
El crimen machista
La pareja se casó en 2018, en la Noche Vieja de 2019, Romina Celeste desapareció. El detenido declaró que se la encontró muerta y por miedo descuartizó su cadáver, lo quemó y después lo lanzó al mar.
Explica la abogada Emilia Zaballos que la familia siente rabia e indignación por este retraso inusual del juicio. Al principio, apunta, el procedimiento fue rápido, en menos de un años el caso quedó visto para juicio, pero después comenzaron los retrasos con cambios de abogados, de juez y recursos presentados por la defensa.
Insiste Zaballos que la Justicia no solo debe aprobar nuevas leyes, sino que lo importante es aplicar mecanismos para agilizar los procesos y que no ocurra lo que ha pasado en este caso.