La Unidad de Distritos de la Policía Local observó recientemente a un menor de tan solo 11 años circulando por la vía pública a bordo de un Vehículo de Movilidad Personal (VMP) —concretamente, un patinete eléctrico— sin llevar el casco de protección obligatorio y haciendo uso de auriculares mientras se desplazaba. La intervención, que se produjo durante una patrulla rutinaria, ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de reforzar la educación vial desde edades tempranas y de fomentar el uso responsable de este tipo de dispositivos.
Un caso que evidencia una tendencia creciente
En los últimos años, el uso de patinetes eléctricos y otros vehículos de movilidad personal ha crecido de manera exponencial en las ciudades españolas. Estos medios de transporte se han convertido en una alternativa rápida, ecológica y económica para desplazamientos cortos. Sin embargo, su popularización ha traído consigo nuevos retos en materia de seguridad vial, especialmente entre los menores de edad.
El incidente protagonizado por este joven de 11 años no es un caso aislado. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), los accidentes en los que se ven implicados usuarios de VMP se han incrementado significativamente, y una parte de ellos involucra a menores que no cumplen con las normas básicas de circulación.
Los agentes que intervinieron destacaron que el menor no solo circulaba sin casco, sino también escuchando música con auriculares, lo que limita la capacidad de atención y reacción ante el tráfico y los peatones. Aunque no se produjo ningún incidente, la situación generó preocupación entre los policías, que aprovecharon la ocasión para informar y concienciar al menor y a sus tutores legales sobre los riesgos.
La normativa: lo que dice la ley sobre el uso de VMP
El reglamento vigente establece que los menores de 16 años que conduzcan un patinete eléctrico o cualquier otro VMP deben llevar casco de protección de forma obligatoria. Además, el uso de auriculares mientras se circula está expresamente prohibido, ya que disminuye la capacidad de percepción auditiva y aumenta el riesgo de accidente.
Asimismo, los VMP no pueden circular por aceras ni zonas peatonales, deben respetar las normas de tráfico como cualquier otro vehículo y estar dotados de elementos de iluminación cuando se utilicen en horario nocturno o en condiciones de baja visibilidad.
En caso de incumplimiento, las sanciones pueden variar según la infracción. Por ejemplo, circular sin casco en menores puede implicar una multa económica y la inmovilización del vehículo, mientras que el uso de auriculares puede ser sancionado con una multa de hasta 200 euros, de acuerdo con el Reglamento General de Circulación.
La educación vial, clave para prevenir accidentes
Desde la Policía Local subrayan que, más allá de la sanción, el objetivo principal es educar y prevenir. “Queremos que los menores aprendan desde pequeños que circular con seguridad no es solo cumplir la norma, sino cuidar de su propia integridad y la de los demás”, señalaron fuentes del cuerpo.
La institución insiste en la importancia de la implicación de las familias. Los padres o tutores deben asegurarse de que los menores conozcan y respeten las normas antes de permitirles utilizar un patinete eléctrico. “En muchos casos, los niños reciben el VMP como un juguete, pero no lo es. Es un vehículo y, como tal, requiere responsabilidad”, añaden los agentes.
Diversas asociaciones de seguridad vial coinciden en este enfoque. Según la Fundación Mapfre, más del 60 % de los menores que usan VMP no emplean casco, y una parte considerable desconoce las normas básicas de circulación. La entidad recomienda que los centros educativos incorporen programas de formación vial adaptados a la nueva movilidad urbana, con el fin de fomentar hábitos responsables desde la infancia.
Un problema urbano y social
El aumento del uso de patinetes eléctricos ha cambiado la fisonomía del tráfico urbano. Cada vez más, los VMP comparten espacio con peatones, bicicletas y automóviles, lo que exige una convivencia responsable y una infraestructura adecuada. Las autoridades locales trabajan en la actualización de ordenanzas municipales para reforzar el control y mejorar la seguridad en el uso de estos vehículos.
En este contexto, la actuación de la Unidad de Distritos sirve como recordatorio de que la prevención y la educación son las herramientas más eficaces para evitar accidentes. La Policía Local continuará realizando campañas informativas y controles preventivos para promover una movilidad más segura.
️ Un mensaje final: educar también es proteger
El suceso protagonizado por este menor pone de manifiesto que la seguridad vial empieza en casa y en la escuela. Enseñar a los niños y adolescentes a moverse con responsabilidad por la ciudad es una forma de educación cívica que salva vidas.
“Cuidemos de los más jóvenes: enseñarles a moverse con seguridad también es educar”, concluye el comunicado emitido por la Unidad de Distritos, recordando que el respeto a las normas de tráfico es una cuestión de responsabilidad compartida.