La comunidad educativa del municipio del Puerto de la Cruz se encuentra conmocionada tras la trágica muerte de Lucía, una niña de 12 años que cursaba sexto de Primaria en el colegio César Manrique. La menor falleció en la tarde del jueves en circunstancias que apuntan, según declaraciones de su familia, a un posible caso de acoso escolar.
El Ayuntamiento del Puerto de la Cruz ha lamentado profundamente lo ocurrido y ha indicado que, según las primeras informaciones, la pequeña podría haberse quitado la vida. La noticia ha generado una ola de consternación entre vecinos, compañeros de clase y autoridades locales, que se han unido en mensajes de apoyo y solidaridad con la familia.
Por su parte, la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias ha confirmado que el centro escolar no tenía constancia de que Lucía estuviera sufriendo acoso por parte de otros alumnos. Según el protocolo establecido en todos los centros educativos de las islas, en ausencia de señales o denuncias claras, no se activó el procedimiento de actuación frente a situaciones de acoso escolar o riesgo autolítico.
La familia de la menor, sin embargo, ha manifestado su preocupación por la posibilidad de que Lucía estuviera enfrentando problemas en el entorno escolar que no fueron detectados a tiempo. Esta discrepancia ha reavivado el debate sobre la eficacia de los mecanismos actuales para identificar y prevenir situaciones de acoso, así como sobre la necesidad de reforzar la formación del personal educativo en la detección temprana de señales de alarma.
El Ayuntamiento ha decretado un día de luto oficial y ha convocado a la ciudadanía a guardar un minuto de silencio en memoria de Lucía. Mientras tanto, la comunidad educativa se enfrenta al reto de acompañar a los compañeros de la menor en este difícil momento y reflexionar sobre cómo evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir.
Las autoridades han hecho un llamado a la empatía y a la vigilancia activa por parte de padres, docentes y alumnos para detectar cualquier signo de acoso escolar y actuar de inmediato. “No podemos permitir que nuestros niños sufran en silencio”, declaró un portavoz municipal, subrayando la necesidad de reforzar el compromiso colectivo en la lucha contra el acoso escolar.