En pleno corazón de La Palma, sobre la cornisa de una de sus vías más concurridas, un hombre de avanzada edad duerme en la calle, acompañado únicamente por una maleta que parece contener toda su vida. La imagen, que ha conmovido a muchos transeúntes, refleja la cruda realidad de las personas mayores sin hogar en la isla.
Mientras cientos de personas pasan cada día por el lugar, algunos no pueden evitar detenerse y observar. Entre ellas, una vecina expresó con impotencia: “Los reyes de España vienen de visita a la isla, y esto es lo que se van a encontrar. Una persona mayor tirada en la calle, como si no existiera. Da vergüenza y tristeza.”
Su comentario pone de relieve la contradicción entre la imagen que se intenta proyectar durante las visitas institucionales y la realidad cotidiana que muchos intentan ignorar. La presencia del hombre, visible y vulnerable en un espacio tan expuesto, se convierte en símbolo del abandono y la falta de respuesta ante el problema creciente de las personas mayores sin recursos.
Este caso vuelve a encender las alarmas sobre la necesidad urgente de reforzar los servicios sociales y ofrecer soluciones reales a quienes más lo necesitan, especialmente en una isla donde la solidaridad no debería quedarse solo en palabras.