El Cabildo de Gran Canaria ya dispone de las bases que regularán la concesión de las ayudas directas a los 21 ayuntamientos de la Isla, para la dotación de vehículos todoterrenos ligeros modelo ‘pick-up’, con bomba y cisterna desmontable de 300 a 500 litros, y de vestuario y equipamiento para hacer frente a incendios forestales a las unidades de Protección Civil locales. La medida ha sido aprobada en la sesión ordinaria del Consejo de Gobierno Insular que se ha celebrado este lunes.
Y es que, tal y como se refleja en la propuesta defendida por el consejero de Medio Ambiente, Energía, Clima y Conocimiento, Raúl García Brink, en estos momentos, la superficie forestal con potencial para arder en Gran Canaria ronda las 100.000 hectáreas, 65.000 en las Zonas de Alto Riesgo de Incendios Forestales (ZARI), por lo que se necesita disponer de unos medios que puedan responder de manera efectiva a las emergencias por incendio forestal.
Unos medios en los que, hoy, se integran algo más de 350 personas voluntarias operativas de Protección Civil, lo que implica un equivalente a cerca de 30 brigadas de intervención local desde los propios municipios, que se suman a las unidades profesionales del Cabildo, que trabajan de forma cada vez más coordinada con el voluntariado.
No obstante, la Consejería ha constatado que la importancia de esta actividad se ve afectada por la carencia de medios, por lo que el Gobierno insular apoya con una subvención directa a todos los ayuntamientos grancanarios, para que dispongan de mejores recursos preventivos, de cara a evitar las emergencias en su origen y/o antes de que se generen, y operativos, que garanticen la reducción del riesgo, al procurar un territorio mucho más seguro.
De hecho, el Cabildo subraya que el trabajo de este voluntariado genera numerosas ventajas para el sistema de Protección Civil insular, enmarcado este en el Plan de Emergencias Insular (Pein), como son el aporte de información valiosa tanto en la alerta temprana y en el monitoreo de eventos con potencial de riesgo, como en la primera fase de la emergencia, esencial para el dimensionamiento de la respuesta operativa necesaria; la rápida respuesta local, con la que se atajan una gran cantidad de emergencias incipientes, como son los incendios forestales que no pasan en muchos casos de simples conatos; así como la realización de acciones preventivas, que evitan incidentes incluso antes de que se produzcan; la concienciación ciudadana, mediante acciones formativas y de información a la población sobre los riesgos potenciales que se pueden desarrollar en cada territorio, y el bajo coste de su implantación y mantenimiento.
Pero, a su vez, desde la Consejería se sostiene que este voluntariado presenta algunas deficiencias o debilidades, que se intentan paliar desde las corporaciones municipales, insular y autonómica. Se trata de la necesidad de formación y entrenamiento constante, que, aunque en Gran Canaria presenta niveles altos, es preciso mantener de forma reiterada, debido a la alta tasa de renovación de estos voluntarios. Y, además, pone de relieve la carencia de materiales, vehículos y vestuario, que considera, probablemente, el punto más débil del sistema, puesto que se trabaja con una flota antigua, poco dotada y con muy poco vestuario, principalmente de equipos de protección individual (EPI).
En este escenario, el Cabildo de Gran Canaria concede a los ayuntamientos vehículos todoterrenos y vestuario y equipamiento de incendios forestales. En detalle, el material se ha asignado a los ayuntamientos en proporción al personal que presta servicios destinados a la protección civil, y se ha determinado que se entregue un todoterreno ligero tipo ‘pick-up’ con bomba y cisterna desmontable de 300 a 500 litros por municipio, así como un total de 10.970 elementos de vestuario y equipamiento de diversa índole en toda la Isla.