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«Quien no apueste por llevar a cabo una estrategia de turismo inteligente no tiene ningún futuro en el sector». Así de tajante se ha mostrado en recientes intervenciones el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, refiriéndose al papel preponderante de las nuevas tecnologías para mejorar la experiencia del turista y por tanto, el destino. Por eso la capital grancanaria es ahora parte de la red de Destinos Turísticos Inteligentes (DTI) de la Secretaría de Estado de Turismo ya que el grupo de gobierno considera fundamental la actividad turística en la ciudad.
Sin embargo, fuera de declaraciones rimbombantes y adhesiones tecnológicas,
lo cierto es que la urbe más importante de Canarias actualmente no tiene ni siquiera Plan de Marketing Turístico. La casa por el tejado y las acciones sin estrategia una vez más dominan la política municipal. Bueno, en este caso no porque han tenido la previsión de contratar un gerente para la sociedad municipal Hotel Santa Catalina desde hace año y medio que ha costado ya a las arcas municipales más de 100.000 euros para no hacer nada. En principio decían que para poner las cuentas al día, tarea que podía haber sido encomendada externamente como dijimos en su momento a una asesoría y no hubiera costado ni 12.000 euros. Vamos, que se contrata a alguien para una labor menor por un pastón mayor y ya veremos en qué lo ocupamos. Bonita forma de gestionar el dinero público.
¿Me pueden explicar qué funciones ha desarrollado este tiempo o el dinero aquí no duele porque no sale de su bolsillo? Porque a mi, acostumbrada a ganarme como autónoma cada euro que he cobrado en mi vida, el dinero derrochado me duele, tanto el mío como el de los ciudadanos, que por ser público tendríamos que cuidarlo más aún.
Y así llegamos al Pleno de este mes en el que se eleva a votación el cambio social del organismo autónomo Hotel Santa Catalina, hasta ahora responsable únicamente del cobro de las facturas del recinto hotelero y el Pueblo Canario, y del sueldo de su gerente, claro. Para 2022 quieren que el presupuesto de Turismo, de 1,6 millones de euros, que desde hace años se gestiona desde la Sociedad de Promoción pase a esta otra entidad. Y confieso que es la votación más difícil que me he encontrado desde que soy concejala porque la disyuntiva es entre lo malo y lo peor. Si votamos que no al cambio del objeto social estamos votando lo malo, validando que la sociedad municipal del Hotel Santa Catalina se mantenga como una agencia de colocación
Por otro lado, si se vota que sí es apoyar el chiringuito del concejal del área de Turismo, Empleo y Desarrollo Local e Igualdad, Diversidad y Solidaridad, Pedro Quevedo. Y que es un chiringuito se justifica muy fácilmente. Tenemos la sociedad de promoción que lleva Carnaval, Cultura y Turismo, sociedad que se creó desde hace años aunando estas tres áreas dadas las sinergias existentes entre ellas y trabajando sin problemas. Pero de repente ve más operativo sacar Turismo. Es decir, con la escasez de personal existente en este ayuntamiento y la falta de recursos, en vez de agilizar y simplificar lo que hacemos es complicar y encarecer las cosas cuando hay problemas más importantes en la ciudad, que incluso afectan al turismo como la limpieza, la policía o el tráfico. Lo único que se nos ocurre es validar un chiringuito a poco más de un año de las elecciones, ¿este es el legado que el grupo de gobierno encabezado por el alcalde piensa dejar a la ciudad?¿Qué no ha podido hacer el señor Quevedo en estos seis años en materia turística desde la sociedad de promoción que vaya a poder hacer ahora creando otro nuevo organismo autónomo con el mismo presupuesto? ¿Qué plan de marketing turístico se va a llevar a cabo si el que teníamos venció en diciembre de 2020, en abril de 2021 presumen de que van a hacer uno nuevo y aún estamos esperando a punto de terminar el año?
Y quizás entre tantos millones de presupuesto 100.000 euros parezca poco pero para mi ni un euro público lo es. Sin contar con que esto no es sólo un chiringuito en la forma y en el fondo sino un capítulo más de una forma de hacer política trasnochada y abusiva en la que se disparan los dispendios, se pagan sueldos sin funciones y se duplica el trabajo a mayor gloria del político de turno a costa del dinero de todos los habitantes de Las Palmas de Gran Canaria. Y tanto el primer edil como su teniente de alcalde, Javier Doreste, están validando esta ancestral forma de hacer política y de complicar más el organigrama de un ayuntamiento exangüe que hace aguas ya por todas partes.
¿Recuerdan aquel anuncio de un juego de mesa y un propietario intransigente? Pedro Quevedo protagoniza hoy la actualización del mismo con su versión turística de “es mi scattergories y me lo llevo”. La ciudad sin plan de marketing ni
hoja de ruta alguna en ningún aspecto pero un nuevo chiringuito aparece en el mapa. El chiste se cuenta solo, aunque al menos el juego de mesa del anuncio era propiedad privada, el juguete del señor Quevedo es a costa de todos.