
Suárez recordó que “no estamos ante un caso aislado”, sino ante “el último episodio de una cadena de incidencias” que incluye hundimientos en Tomás Morales en años anteriores, problemas similares en Juan Manuel Durán, socavones en la zona de Guanarteme – en Luchana o Bernardo de la Torre- e incidentes de menor tamaño que se están repitiendo en distintos puntos de la ciudad.
“En los últimos años hemos visto cómo se producen hundimientos de calzada, a veces de mucha entidad y otras de pequeña pero preocupantes, como en Arenales en Suárez Naranjo. No puede ser que la ciudad funcione a golpe de socavón”, denunció el portavoz nacionalista.
Coalición Canaria recordó además que en numerosas ocasiones ha denunciado los “parches permanentes” en forma de planchas metálicas colocadas sobre la calzada como solución provisional que se acaba prolongando durante meses, generando ruidos para los vecinos e inseguridad para usuarios de la vía, en especial, motoristas.
“Llevamos tiempo advirtiendo de que Las Palmas de Gran Canaria se está llenando de planchas metálicas sobre el asfalto para tapar averías en el subsuelo. Es la imagen más gráfica de esta forma de gobernar, ya que en vez de invertir y resolver el problema de raíz, se opta por taparlo con una chapa”, apuntó Suárez.
Para Suárez, la situación “ya no es solo un problema de baches o de mal estado del asfaltado”, sino que evidencia una falta crónica de inversión en infraestructuras hidráulicas y de saneamiento. “Cuando se repiten averías de colectores y roturas de tuberías que acaban generando oquedades hasta que el firme cede, estamos hablando de un problema estructural del subsuelo”, subrayó. El concejal recordó que, mientras se multiplican los hundimientos, “el Ayuntamiento encadena anuncios y fotos sobre proyectos de aguas y saneamiento”:
“Llevamos años escuchando a Inmaculada Medina prometer planes hidráulicos millonarios, mejoras, modernización de redes, y ahora vemos a la propia alcaldesa sumarse a esos anuncios. Pero en la práctica lo que hay son actuaciones puntuales, obras pequeñas y parches que no están a la altura de una ciudad de casi 380.000 habitantes”, criticó.
“Lo que tenemos hoy es un modelo de gestión que espera a que se abra un socavón para correr a taparlo”, insistió Suárez, “y no podemos seguir así”. “Cada hundimiento obliga a cortar calles principales, desviar tráfico y exponer a un riesgo a conductores, peatones y transporte público. Si además hablamos de vías tan transitadas como Tomás Morales, Juan Manuel Durán o las calles de Guanarteme y Arenales, el impacto sobre la vida diaria de la gente es enorme”, finalizó el portavoz.




