Este miércoles ha dado inicio en la Audiencia de Las Palmas uno de los juicios más esperados por la gravedad de los hechos y el impacto social: el caso de la presunta violación en grupo ocurrida en un parque de Puerto Rico, en Gran Canaria, el 26 de febrero de 2021. Cuatro hombres, de nacionalidades marroquí y argelina, se sientan en el banquillo acusados de haber cometido un brutal ataque sexual contra una mujer, quien ha narrado los hechos con crudeza y detalle ante el tribunal.
Lo que marca una diferencia en este caso, más allá de las ya complejas dinámicas de los juicios por agresión sexual en grupo, es la disonancia en las defensas de los acusados. Mientras tres de ellos se aferran al argumento del consentimiento, uno ha tomado un camino distinto: Aziz L., el único que se desmarca completamente de la escena, asegurando que «nunca estuvo con ella» y que no fue testigo de lo ocurrido entre sus compañeros y la víctima.
Las versiones cruzadas
Este giro, donde uno de los acusados se posiciona fuera de los hechos, ha generado tensiones dentro de las propias defensas. En un caso en el que todos los implicados enfrentan penas de hasta 61 años de prisión por agresión sexual agravada, cualquier detalle importa. La Fiscalía ha sido contundente al señalar que las versiones de los acusados, salvo la de Aziz L., parecen haber sido orquestadas para suavizar su participación en los hechos, pero en su descoordinación, exponen una narrativa contradictoria. Aziz, por su parte, busca su exoneración total al negar haber tenido contacto alguno con la víctima aquella noche.
La importancia del testimonio de la víctima
A lo largo del juicio, el testimonio de la víctima ha sido central. Su relato no solo ha sido coherente y preciso, sino que ha sido respaldado por la evidencia forense: lesiones en muñecas, muslos y rodilla, compatibles con el uso de fuerza física. Aunque las defensas han tratado de poner en duda su credibilidad, el fiscal ha subrayado que la solidez de su versión, apoyada por el informe de los dos agentes de la Guardia Civil que acudieron al lugar de los hechos, es inquebrantable.
El papel de la sociedad y la justicia
El juicio, que se desarrolla con atención mediática pero también con una expectante sociedad que pide justicia, plantea preguntas incómodas sobre la cultura de la violencia sexual y la lucha por la verdad en casos de esta magnitud. Las condenas que podrían recaer sobre los acusados, de hasta 61 años de prisión, representan un mensaje claro sobre la gravedad que el sistema judicial atribuye a los delitos de violación en grupo.
El caso continúa, y aunque el desenlace todavía está en manos del tribunal, el mensaje de la defensa de Aziz L. podría desencadenar sorpresas. Con tres hombres apostando por el consentimiento y uno por la total desvinculación, la batalla judicial se intensifica en un juicio que podría redefinir el tratamiento judicial de casos de agresión sexual múltiple en la región.
Mientras la justicia toma su curso, el eco de esta noche fatídica en Puerto Rico sigue resonando, no solo en la sala del tribunal, sino también en la conciencia de una sociedad que, una vez más, se enfrenta a la complejidad del consentimiento, el miedo y la violencia.
Imágenes RTVE.es / AGENCIAS